Festivales Universitarios de la USM

 

Relato, Recortes y Fotos enviadas por Roberto Bublik


 

Me acuerdo de ese primer Festival ( con otros dos que se hicieron posteriormente ) como un gran evento que comprometió a toda la comunidad universitaria de la región además de grupos musicales de esa época. Incluso hubo delegaciones artísticas de  Universidades  de Santiago  que vinieron especialmente a participar  con una especie de comedia musical  en la que figuraban muchos actores y apoyados por una fuerte producción técnica.

No me queda muy claro pero tengo entendido que la iniciativa del Festival nació en el seno de la Federación de Estudiantes constituyendo como un medio para reunir fondos dirigidos al  Dpto. de Bienestar Estudiantil. Como haya sido, la idea tomó vuelo y como mencioné, varios compañeros se volcaron a la tarea de organizar un evento inspirado seguramente en la idea de una simpática alternativa del Festival de la Canción de Viña pero sin competencia de canciones. Solo números artísticos de grupos aficionados de corte universitario y que obviamente  no cobrarían por su participación.

 

Como el evento debía desarrollarse en el Aula Magna de la universidad, afortunadamente no hubo que recurrir a grandes despliegues escenográficos como en las kermesses, sin embargo hubo una gran tarea  en lograr ubicar grupos artísticos, coordinar  fechas, comprometer asistencias y en general hacer un esfuerzo logístico  a prueba de fallas o sorpresas que echaran por tierra  la planificación.

 

Como siempre, la administración de nuestra casa de estudios se cuadró con la amplificación y preparación técnica del escenario;  la radio CB 145  de la universidad  apoyó a su vez con grabadoras y ejecución de pistas de sonido.  Infaltable también la participación de “Sotito”  pintoresco y alegre personaje  que ejercía el autoproclamado cargo de General Manager del Aula Magna y Rey de las Bambalinas: no cedía a nadie  la tarea de abrir y cerrar las cortinas para cada número. Gracias a este empecinamiento  el Festival sufrió mas de un impasse.  O cerraba las cortinas cuando no había que hacerlo …. o las abría antes de tiempo….casi nunca le achuntaba.  Así y todo, Sotito no soltó nunca la manivela del mecanismo de poleas.

 

Para esa época, en el ambiente universitario porteño  existían ya varios grupos artísticos mas o menos consolidados y con alguna popularidad. Sin embargo en la USM  fuera del coro y el grupo de teatro,  no tenía  mayor representación; solamente algunos esfuerzos individuales o grupitos cerrados que practicaban alguna afición musical.

Considerando que en el presente Festival  la participación del anfitrión sería mas o menos pobre, echamos a volar la imaginación para aportar también con dignos representantes.  Tarea nada de fácil cuando hay que partir prácticamente de cero.

 

Sin embargo, raspando la olla por aquí y por allá,  nos encontramos con lo mas importante: mucho entusiasmo y buena predisposición.  Concretamente, había un grueso contingente  de simpáticas y buenas mozas damas de la Escuela de Técnicos Decoradores  dispuestas a cooperar con coreografías y dentro de las cuales algunas eran aficionadas al canto,  además ya estaba formado el incipiente grupo musical Los Sansanitos y había otros compañeros que incursionaban en temas musicales y  folclóricos.  Al menos había una base que permitía armar algunos números.

 

La verdad es que predominó el humor y la entrega desinteresada,  permitiendo que en una atmósfera de gran camaradería nos avocáramos a  estructurar  esquemas de presentación. Si  bien es cierto que la culminación de todo el esfuerzo es la realización del Festival propiamente tal, al menos en esta ocasión, los preparativos y los ensayos previos fueron sumamante entretenidos. Hubo una especie de creación colectiva en la cual cada participante añadía su cuota de imaginación;  no faltaban los rasgos humorísticos, chascarros y también entrega artística hasta donde alcanzaban los talentos.

 

Uno de los requerimientos era difundir este acontecimiento en el medio local.  Como siempre, se recurría al diario “El Mercurio”  que acogía con beneplácito nuestras solicitudes de cooperación.  También como era ya costumbre, compañeros  recorrían las universidades y centros para pegar afiches promocionando el Festival.  Debido a que se disponía de escasos fondos, mucho de este material se hacía a mano. Resultaba muy costoso recurrir a imprentas para elaborar afiches. Solamente alcanzaba para hacer unos volantes simples.

 

El callejón sin salida lo constituyó la necesidad de elaborar un “Programa del Festival”. Especie de folleto o librillo que debía contener la información de los números artísticos y además hacer una reseña de los participantes.  Este programa se pretendía vender junto con la entrada como una forma de aumentar los ingresos y por otra parte aumentar la categoría y la imagen  del evento. Habiendo hecho las consultas de rigor, resultaba mas caro  imprimir dichos programas que el retorno económico que se suponía podía lograr con su venta. En consecuencia, había que buscar alguna alternativa  a un costo mínimo.  Solución: El Pato Kuthe.  Este colega de la Escuela de Técnicos Decoradores, con un reconocido y excepcional talento artístico se comprometió a dibujar la carátula de todos los folletos a mano, uno por uno. Aunque el Pato era un balazo para el dibujo y el diseño, a las finales no era demasiado complejo, la cantidad de programas que había que elaborar era muchísima.  Nuestro Pato Kuthe perdió la cuenta de las horas de trasnoche, se ganó un par de ojeras y unos kilos menos. Pero cumplió estoicamente la tarea. 

 

 

VER ARTICULO ENVIADO POR NICANOR PONCE 


Sin duda alguna  el numerito mas entretenido que nos tocó preparar fué el de las decoradoras en un baile al estilo de "Los Paraguas de Cherburgo".  La presentación resultaba tan llamativa que la imagen quedó registrada como “emblemática” del festival. Incluso el diseño del programa tuvo su inspiración en ese tema, tal como consta en la carátula. Y no era para menos.  En los comienzos de los 60s nuestra USM estaba poblada principalmente por un contingente de conservadores estudiantes varones y con una escasísima representación femenina; una especie de gran Club de Tobi con  especimenes un tanto seriotes y tímidos en su mayoría. De modo que los ensayos coreográficos de las bellas e inalcanzables compañeras embutidas en pantys negras, descalzas y con faldas por encima de las rodillas resultaba un espectáculo que no había que perderse por ningún motivo. Curiosos, todo tipo de ayudantes, organizadores, coordinadores, auxiliares o sea  todo el mundo se colaba al  Aula Magna a presenciar los ensayos.


El numerito en si, tampoco era de lo mas simple.  Fuera del entusiasmo propiamente tal, junto con “Los Sansanitos” hubo que crear una música ad hoc para que cuadrara con los pasos y la cantidad de variados movimientos  con los paraguas que comprendía la coreografía. El resultado fue sobresaliente; tanto así que un inspirado grupo de alumnos del Internado en forma independiente, sigilosa y sin que supiesen las decoradoras, preparó una parodia del mencionado bailecito.  Usaron unos burdos paraguas negros, se pusieron un camisón blanco (era el pijama oficial de los internos...) y sobre las pantorrillas peludas calzaron unos pesados y toscos bototos.  El numerito que fue presentado en el Festival como “sorpresa”  y un poco después de la actuación de las Decoradoras.  Se usó el mismo acompañamiento musical, con el que tan poco agraciados y machotes trataron de emular los graciosos movimientos de las damas pero con un resultado que dejó a todos muertos de la risa.  Bueno, ese era el propósito.  

 

 

Arriba: El Baile de los Paraguas. De Izq. a Der.  Christel Weinreich, Margarita Mayol, Laura Acuña, Mónica González, Chabela Keitel, Evelyn Krotoschiner, Julie Zahr y Cecilia Costa.

 

 

Abajo: El baile de los Paraguas, en su version "Los Internos". Parodia burlona del  Baile de los Paraguas interpretado por compañeros del Internado

 

 

 

 

 


 

 

 

 

Los de Colliguay interpretando música folklórica

Lucas Baeza (primero de la izquierda) y Carlos Cruz (el del medio de la foto y además "primera voz".

 

 

Sin duda son los momentos que mas recordamos al paso del tiempo. No obstante hay que destacar la variada representación estudiantil  de las otras universidades que aportaron lo suyo, destacando sin desmerecer a los demás al grupo “ Los Strangers”  que sonaba en las radios y participaba en el Festival de Viña,  “ Los Paparazzi” con Edo. Ravani y Fdo. Alarcón,  “ Gonzalo”  impresionante voz con su guitarra, “Tita Acevedo” y su baile español que no podía faltar por su calidad.

 

No puedo afirmar  después de tanto tiempo  si comercialmente el presente Festival fue un éxito o no pero con certeza fue un evento importante en la zona con excelente asistencia y un dejo de sabor dulce.

 

Posteriormente y aunque se me escapan las fechas y los detalles, tengo entendido que se realizaron dos festivales mas.  Uno de ellos fue un Evento un tanto improvisado por cuanto se realizó durante la Huelga Estudiantil y en la cual  la universidad se encontraba ocupada por los  estudiantes y ello representaba una posibilidad de obtener recursos para financiar la mantención  de la sede y  principalmente la alimentación de los alumnos que seguían viviendo ( o veraneando ) en el Internado y Pensionado.  Incluso en unode estos festivales participó Gloria Simonetti ...ella era estudiante  también y solidarizaba en todo eso de los movimientos de esa época (ese año fué su primer festival de Viña)  Quedamos todos los sansanos impactados por su voz y atractivo personal. Ella se iniciaba en la carrera artística.

 

Alguien tuvo la brillante idea que durante la realización  del Festival de Viña ( en Febrero)  se podía solicitar a los artistas que nos dieran una manito e hicieran un aporte artístico breve pero significativo a las causas huelguísticas.  Curiosamente, la respuesta fue mejor de la que se esperaba y fueron varias figuras de primer nivel nacional que  comprometieron su participación  haciendo posible esta arriesgada aventura de última hora. Digo arriesgada por que el Aula Magna estaba atiborrado con la mitad del Cerro los Placeres  esperando el comienzo del Festival alternativo de Viña.  Como era de suponer, todo a última hora, transporte de los artistas,  miembros de la orquesta de acompañamiento, atrasos diversos, taxis van, taxis vienen……todo eso hizo postergar el inicio como en dos horas. Sin embargo,  con una buena cuota de improvisación y paciencia se logró el objetivo y algo quedó además en las arcas para continuar  subsistiendo en esas fechas estivales.

 

Quedan en el recuerdo  algunas compañeras y compañeros que aportaron también los suyo con canciones, sketches, y comedias.  Cecilia Costa y Julie Zahr, ambas fuera de estudiar decoración hacían un simpático dúo  interpretando canciones a dos voces.  

 

 

 

Cecilia Costa  y Julie Zahr.   Dos simpáticas compañeras de la Escuela de Decorado. 

Prepararon un Dúo  para el Festival aprovechando sus talentos musicales y vocales.

 

También participó nuestro querido compañero Jorge (Guatón) Farah, que en ese entonces sin ser precisamente guatón, ostentaba el record de la mayor masa corporal de la universidad. Logró interpretar magistralmente por primera vez al prehistórico, cavernícola y velludo Pedro Picapiedras,  forrado en piel, con un mazo en una mano y arrastrando por el pelo a una Wilmadecoradora. Para adecuar el ambiente musicalmente, le  hicimos una grabación de un disco de 45 rpm a una velocidad de Long Play. Salieron unos gruñidos y estertores  propios para crear la atmósfera justa.

 


Los Sansanitos y  Los Yaks tampoco faltaban en cada ocasión de este tipo.

  

 

 

Presentación del grupo Los Yaks

De izq. a der.  Sergio Alveal,  Roberto Bublik, Fernando Wladimiro y José Wladimiro

 

 

El que merece sin embargo ser mencionado aparte, es nuestro compañero Gastón Guerrero. Estudió Maderas y Plásticos  y era el único alumno de la carrera, así que prácticamente contaba con profesores exclusivos (...lo único malo que en las pruebas no podía copiar…se quejaba...).  Perfectamente podría haber optado por una carrera de teatro.  Gastón era poseedor de un extrovertido y nato talento por lo histriónico. Lo suyo era una broma continua y necesitaba expresarlo constantemente.  El resultado es que su paso por la universidad esta matizado por innumerables actuaciones y presentaciones, todas de corte humorístico. Fue creador de minicomedias, sketches para amenizar fogatas durante la huelga y siempre se las arreglaba para efectuar un aporte si había ocasión.  Así también su participación en los Festivales  Universitarios fue importante.

 


 

Termino el presente relato con la esperanza que compañeros  de la misma generación hagan también un complemento con mayores detalles y material gráfico si es que se encuentra disponible.

 

VER RELATO DE NICANOR (NICACHO) PONCE