Dr. Karl Laudien

 

Don Federico Santa María Carrera dejó sabias disposiciones para la escuela que dió al país en su testamento. Dos personas fueron las más importantes para convertir esos deseos en la realidad que es nuestra Universidad: el albacea Don Agustín Edwards McClure (administración e inversiones) y el profesor Dr. Karl Laudien, quien más que nadie organizó y puso en camino los programas, profesorado, maestros, talleres y laboratorios con que empezó la educación en la Fundación Santa Maria.

 

 


Karl Ernst Laudien Feydt nació el 25 de enero de 1875,  uno de cinco hijos del comerciante Richard Carl Gustav Laudien y Marie Feydt. Cursó sus primeros estudios en su ciudad natal de Königsberg en Prussia Oriental. Esta ciudad en el Mar Báltico es hoy parte de Rusia y se conoce como Kaliningrad.

 

En 1899 se tituló de Ingeniero Mecánico de la Escuela Técnica Superior Imperial en Berlin. Luego trabajó en Danzig y en Viena; en esta última ciudad conoció a Frieda Chatiner de Bucharest. Ella estudiaba piano en Viena y el sonido de sus prácticas llamaron la atención de don Karl (esto terminó en un matrimonio en 1909, que superó adversidades futuras). En 1903 fué nombrado Instructor de la Escuela Imperial Técnica Superior de Breslau, donde completó los requisitos para un doctorado en ingeniería en 1916. El tema de la disertación fue “Eine neue Methode zur angenäherten Bestimmung der von einem Abnehmer in Anspruchgenommenen Werkskilowatt und darauf aufgebaute Tarife” (Un Nuevo Método para Estimar los kWh Consumidos por un Abonado y Tarifas Basadas en esta Estimación) bajo el profesor guía Dr. Ing. Euler. Esta disertación se la dedicó a su esposa Frieda. En 1917 fué nombrado Profesor.

 

 

 


En 1926 se trasladó como Director (rector) a la Escuela Técnica Superior en Stettin, una distinguida escuela universitaria de pilotos náuticos y de construcción de maquinaria naval.

 

Sus libros técnicos tuvieron múltiples ediciones entre 1908 y 1940. Se tradujeron a otros idiomas, y eran “clásicos” en sus areas: “Die Elektrotechnik” (Electrotecnia, 1908); “Leitfaden der Mechanik für Maschinenbauer” (Guía de Mecánica para Ingenieros Mecánicos, 1921); “Die Maschinenbauelemente”, o “Die Maschinenelemente” en dos volúmenes (Los Módulos Mecánicos, 1922), “Mechanische Technologie: Spanabhebende Forschung” (Tecnología Mecánica: Investigación sobre Mecanizado con Arranque de Viruta, con A. Forstmann), “Maschinenteile : Berechnung und Konstruktion” (Partes de Máquinas: Diseño y Construcción, 1931). También contribuyó artículos a revistas técnicas alemanas. Luego de llegar a Chile escribió otros libros en español y tradujo algunas de sus obras. La pasión de escribir continuó por toda su vida.

 

El testamento de Don Federico Santa María estipulaba que el profesorado técnico de los 10 primeros años fuese de Europa o Estados Unidos. Por 1927 habían  ya planes iniciales de estudios y de los edificios pero hacía falta contratar un buen rector antes de continuar.  El albacea Don Agustín Edwards McClure concluyó que Alemania era el país adecuado para conseguir el profesorado (encontró que ingleses tenían poco interés, y que franceses imponían  condiciones onerosas).

 

El Ministerio de Educación alemán presentó a Edwards una nómina de la cual él selecionó al Dr. Karl Laudien, un excelente organizador con antecedentes excepcionales. Era el más calificado para diseñar los estudios vocacionales y universitarios que pedía el testamento, y para ser el primer rector de la nueva universidad. A través de la Oficina de Relaciones Extranjeras de Alemania, el profesor Laudien firmó un contrato por 10 años que empezaría en 1929. Él ya tenía 54 años de edad y podría jubilar al fin de estos 10 años.

 

Más tarde Don Karl recordó que aceptó la oferta pues el desafío de empezar una nueva universidad era una oportunidad que ocurre raramente.

 

Don Karl fué invitado a Chile por primera vez en 1928. Sus contactos iniciales con quienes trabajaban en crear la Fundación Santa María le sirvieron para hacer listas de equipo de talleres, educación para los varios niveles de enseñanza, y edificios e instalaciones que deberían completarse primero. Regresó a Alemania para adquirir estos equipos, ayudar a seleccionar 40 maestros y profesores alemanes, y preparar programas de estudios. Regresó definitivamente a Chile en Febrero de 1931 con su esposa Frieda y sus tres hijos – Paul, Heinz y Brigitte, con el cargo de Rector de la Escuela de Artes y Oficios y del Colegio de Ingenieros José Miguel Carrera.

 


La familia Laudien ocupó inicialmente la casa del rector, que hoy es el museo de la Casa Central. Tuvo que supervisar la instalación de maquinaria, el diseño de programas y textos para la enseñanza, los talleres y laboratorios, así como administrar todo lo referente a educación.

 

 

 

Estos primeros años fueron cruciales y sumamente ocupados. La Escuela de Artes y Oficios y cursos nocturnos para obreros empezaron a funcionar en 1932, y al mismo tiempo había que definir programas, reclutar profesores, escribir textos, etc., para el Colegio de Ingenieros que abrió sus puertas a principios de 1934.  A fines de 1935 fué nombrado rector del Colegio de Ingenieros don Armando Quezada A. y el nombre de la institución cambió de Fundación Santa María a Universidad Técnica Federico Santa María.  El Sr. Quezada falleció 7 meses más tarde y fue reemplazado por don Francisco Cereceda C. en 1936.

 

El Dr. Laudien continuó como rector de la Escuela de Artes y Oficios hasta 1938. Al cumplir los 10 años de su contrato decidió acogerse al retiro del gobierno alemán y quedarse en Chile con su familia.  Entonces tuvo tiempo para dedicarse a la enseñanza de muchos más cursos en UTFSM (tales como Geometría Descriptiva, Partes de Máquinas y Proyectos Mecánicos), y servir como profesor guia de las memorias de 12 Ingenieros Mecánicos. Varios de estos enviaron anécdotas que se mencionan más abajo.

 

Entre tanto Alemania se había convertido en un país diferente. Alemanes residentes en Chile le indicaron que su deber patriótico era regresar a Alemania. En 1943 el gobierno alemán le comunicó que perdería sus derechos como ciudadano alemán (pensión, derechos de autor) a menos que se divorciase de su esposa judía. Esta información está contenida en mensajes de Berlin a Buenos Aires interceptados por los aliados.  El comunicado tambien incluía instrucciones de como tratar a parientes de primer grado que eran de raza “mixta”. Él rechazó indignado todas estas imposiciones y continuó con su familia en Chile hasta su fallecimiento el 12 de marzo de 1952.

 

En esa triste ocasión el rector Don Francisco Cereceda C. en forma muy emotiva reconoció las contribuciones de Karl Laudien a la Universidad:

 

“ Su vida ha sido un ejemplo para nosotros. Recordaremos siempre su entusiasmo por el trabajo, su tenacidad en la acción, su dinamismo, su carácter exigente, terriblemente exigente para él mismo, antes que para los demás. Su espíritu quedará flotando en las aulas, en los claustros, en los talleres, en los laboratorios; cada máquina, cada aparato nos traerá su recuerdo”...

 

“Las grandes líneas son las mismas que el trazó, y no es sino un acto de justicia, reconocerlo por siempre".

 

“El visitante que en los años venideros recorra la Universidad, verá en sus edificios e instalaciones el monumento que perpetúa la memoria del Profesor Laudien. Si buscáis su monumento, mirad alrededor”.

 

 Revista Scientia Marzo 1952

 

Su esposa Frieda fomentó la música en la Universidad y en la Quinta Region. Sus múltiples actividades han sido recordadas junto con la inauguración de la Fundación en 1931 (Ver http://sansanos.us/inauguracion/)

 


HISTORIAS Y ANÉCDOTAS

 

Don Karl encontró que los chilenos admitidos a la universidad eran muy inteligentes, y los guió con cariño y protección. Pero algunos no sólo eran inteligentes sino que también muy pícaros. Hicieron muchas bromas a los profesores nuevos que estaban aprendiendo español, enseñándoles palabras equivocadas que los ponían en situaciones muy embarazosas. Junto a su seriedad germánica don Karl tenía también un agudo sentido del humor que usaba en forma frecuente.

 

La puntualidad, disciplina y espíritu de trabajo alemanes fueron absorbidas muy bien por los estudiantes chilenos de esos años (los relojes de cada sala de clases estaban sincronizados).

 

El burro en el aire.  Un bromista nocturno llevó un burro al Hall de Montaje y lo levantó con la grúa. Los rebuznos del pobre animal atrajeron a muchos. Fué fácil ubicar al culpable, y el Rector Laudien inmediatamente lo suspendió por un tiempo saludable.

 

Demasiado ruido. En el taller mecánico trabajaba la clase limando y limando sus tareas en el tornillo-prensa, y todos silbaban y cantaban cualquier cosa a todo pulmón.  De repente entró un furibundo Don Karl, derechito a los  interruptores de luces generales para llamar la atención y detener todas las actividades: silencio sepulcral... Acto seguido Don Karl se encaramó sobre uno de los mesones y dijo con voz potente: "Quien canta y fifa,  fifá”... Él quería decir “Quien canta y silba se va”... (en alemán pfeifen es silbar).  Todos quedaros mudos y medio choqueados. Apenas Don Karl se fué, una tremenda carcajada resonó por toda la nave. Recuerdo imborrable.

 

Este alumno no tiene idea. El compañero mecánico Federico Barros proyectó un “corte” de una de las piezas de máquina con el achurado horizontal en vez de hacerlo en la forma correcta de 45 grados. Don Karl le comentó a la clase: “Vean como el Barros está fabricando escaleras ¡Sí, como no!”

 

No fumen en mi clase!  Un día llegó un poco atrasado a dictar la clase de mecánica. Dos químicos que andaban “volando” se “colaron” a la clase y se sentaron sobre el escritorio del profesor para fumar y charlar hechos unos demonios. De repente aparece Laudien que con voz grave los increpa y les dice “Quien Fima si Fa inmediatamente”. Los “colados” se desaparecieron…

 

Use todas sus herramientas. En la clase de Partes de Máquinas empezó a hacer correcciones con un lápiz rojo en un dibujo mecánico; ante la sorpresa del alumno le dijo: Sí, la goma también es herramienta de dibujo, y siguió rayando

 

Un autor en acción. A algunas de las clases llegaba con un rollo de hojas tamaño oficio pegadas una a continuación de la otra por capítulo, como un gran rollo de papel higiénico, con todo escrito a mano y con numerosas figuras pegadas; se trataba del borrador de un libro que estaba escribiendo acerca de máquinas. Empezaba a desenrollarlo, buscando los diferentes temas; al final de la clase estaba con un montón de papel rodeando la silla en que se sentaba, lo recogía y se lo llevaba todo revuelto para enrollarlo en su oficina. “La cola de la novia” era como los alumnos llamaban a este texto.

 

Quieren que me separe de Frieda! Un día por 1943 llegó bufando indignado a la clase y nos dijo “Sí, quieren que me separe de la Frieda.” Continuó resoplando con ira “y me amenazan con quitarme mis derechos.” (Se refería a los derechos de autor de sus libros técnicos en Alemania que los nazis le informaron que caducarían si no se separaba de su esposa).

 

Tributo de un exalumno. Oscar Valenzuela Guerrero fué uno de los primeros alumnos de EAO. Estos son sus recuerdos de don Karl luego de su muerte:

 

Este personaje benemérito creó y dirigió la Escuela de Artes y Oficios (E.A.O.). A la par del andar de ésta el Sr. Laudien empezó a esbozar la marcha de la Universidad.  Es decir, fue el hacedor de los dos estamentos.

 

Cierto día del año 1934 con el hall de Montaje despejado de alumnos tuve la oportunidad de avizorar y naturalmenite fotografiar y dejarlo dentro de mi cerebro a mi Director. Se dirigía a su oficina con vigoroso y raudo andar, haciendo vo!ar su blanca capa.  La visión de este profesor y repito Director fué fugaz, no más de cuatro a cinco segundos.

 

Diez a quince años más tarde, siendo adulto y con experiencias de variadas índole, evocaba mi paso por la Escuela, saltó a mi mente la escena mencionada. Deteniéndome en ella pude, leer, analizar ese dinámico andar y manteo de su brazo derecho impulsando su capa que suelta y sin abrochar tendía a quedar rezagada.  Su mirada vivaz desde su alzada cabeza se dirigía sobre la horizontal de sus ojos, denotando el conjunto, fuerza, interés en su diario quehacer, creador de programas de estudios junto a Ia docencia del dibujo técnico y Tecnología mecánica. Era un hombre que recargado de trabajo no le pesaba, seguramente ese quehacer le proporcionaba satisfacción y disfrutaba día a día el progreso de su muchachada que al igual que él gozaba de la instrucción novedosa que exigía atención y esfuerzo que muchas veces allegaba perlas de sudor en Ia frente y un calor húmedo ennegrecía el buzo azul. Profesor y alumno disfrutaban trabajando, aprendiendo y enseñando.

 

El trabajo de este director y profesor se recargaba con la necesidad de crear textos, que en el mercado libre no existían. Es fácil darse cuenta que 12 a 14 horas eran necesarias para dar cumplimiento a esas exigencias. Más adelante, los planes para la enseñanza universitaria, fueron de su incumbencia, debió enfrentarlas y le dio creación fecunda.

 

La importancia de esta persona en los resultados de estas huestes que después de cuatro años de preparación salieron a forjar su rol laboral y lograr niveles satisfactorios, fue decisiva.

 

La abnegada entrega de la preparación técnica tuvo sus frutos desde la primera promoción que salió en 1935. La sapiencia tecnológica alemana inmersa en cerebros chilenos y manos chilenas fueron fértiles: maestros, jefes, técnicos, ingenieros, artesanos industriales, pequeños, medianos y también grandes, docentes, instructores, vendedores, técnicos, etc. así lo acreditan.

 

El señor Laudien (pronunciar Laudin) pudo obtener esa satisfacción de paladear la aceptación en el mercado laboral, comercial, industrial, docente…las bondades de su producción.

 

La primera y segunda generación lloraron su muerte, no podía ser menos.

 

Referencias y Colaboradores

Exposición de don Agustín Edwards al Consejo Directivo, 24 Mayo 1929.

UTFSM Hitos fundamentales de su historia (Diciembre 2000).

Revista Scientia Marzo 1952.

Biblioteca de la Casa Central UTFSM.

National Security Agency, EEUU.

Ramon Arancibia Orrego

Walter Bargsted Kobrock

Mario Molina Dominguez

Oscar Valenzuela Guerrero, "Historias Sansanas 2000"

Marcelo Maraboli Rosselott

Jorge Wienholz S.

Rodolfo Feick Laudien

Iris Laudien Hardmeyer

Renate Laudien Hardmeyer

 

 

Raúl A. González, Noviembre 2007